Incómoda zona de confort

Tengo que comenzar este post pidiendo disculpas por su longitud. He intentado por todos los medios ser breve, pero me resulta complicado explicar por qué, justo este verano, decido dar un giro a mi carrera profesional y reinventarme una vez más.

Hace poco se cumplieron veinte años desde que terminé mi primera carrera universitaria, Trabajo Social. Veinte años ya, menudo vértigo. No es que las cifras me importen mucho, pero resulta curioso que, justo con estas dos décadas, se produzca un cambio tan significativo.

Nada se decide de un día para otro, pues nuestra vida está llena de procesos en los que vamos evolucionando poco a poco. Sin embargo, hay un día en que tomas una decisión más o menos firme. Hace un mes decidí abandonar mi dedicación al sector social, dejar de ser lo que he sido durante veinte años. Las razones os las cuento justo ahora.

Intervención social

El trabajo con personas en situación de vulnerabilidad social es una de mis pasiones, por carácter, por ideología y por trayectoria personal. Así nace una vocación: algo que te gusta hacer y que aporta valor a los demás. Desde entonces mi crecimiento personal ha estado al servicio de mi capacidad de ayudar a los demás y al viceversa.

He sido muy feliz aportando a otras personas una perspectiva desde la que puedan entender sus problemas y buscar nuevas soluciones. He tenido acceso a historias increíbles y espeluznantes, he podido aprender del daño ajeno y, casi, vivir varias vidas en las vidas de los demás, algo que me habría costado varias reencarnaciones si me hubiera dedicado a otros menesteres.

Nunca he creído que se trate de un trabajo revolucionario, no más que otros. El status quo no admite nada que ataque las bases del sistema, que siguen generando más pobreza y exclusión (triste realidad que cada vez es más palpable en nuestro país). Ahí están las instituciones para devorar el trabajo que hacemos con las personas y vomitarlo convertido en estadísticas, campañas publicitarias, argumentos políticos y otras perversiones.

El problema

Llevo años observando cómo el sector de la intervención social y de las ong’s sufre la mala gestión que es general en nuestro país. La falta de foco en las personas, la doble moral de las organizaciones sin ánimo de lucro y la búsqueda del negocio por encima de los criterios de calidad.

La Administración Pública ha realizado una eficaz campaña de desmovilización ciudadana contratando servicios a organizaciones sociales, con las que se ha generado una suerte de clientelismo. Muchas de estas organizaciones han dejado de ser expresión de la conciencia colectiva para convertirse en meras prestadoras de servicios con una visión de negocio.

Siempre hemos sido un sector caracterizado por la falta de recursos, pero con el argumento de la crisis (estafa) económica, se han acometido dos cambios importantes: privatizar aún más la gestión de los servicios sociales (en esta ocasión en manos de grandes corporaciones) y recortar los derechos sociales de los ciudadanos (reduciendo servicios y prestaciones).

El panorama es descorazonador:

  • las organizaciones sociales no presionan a la administración ni ejercen como canalizadoras de la opinión popular porque temen ser excluidas de los contratos públicos;
  • los profesionales del sector no hemos sido capaces de iniciar una reflexión seria y buscar soluciones colectivas;
  • las condiciones de trabajo en intervención social se han vuelto aún más precarias;
  • se está volviendo cada vez más a modelos asistencialistas (derivados del concepto de caridad) que no buscan cambios profundos ni estructurales.

Mi parte

En lo personal, llevo algunos años resistiéndome a trabajar en cualquier sitio y de cualquier manera. Tengo muy claro cuáles son los mecanismos de cambio social y no estoy dispuesta a aportar mi fuerza de trabajo al mantenimiento de estructuras deshumanizadoras.

Los acontecimientos de este verano me han hecho darme cuenta que, dedicándome a esto, siempre seré una trabajadora en precario, aún cuando el valor que soy capaz de aportar es cada vez mayor.

La gota que colmó la copa fue aceptar un trabajo a tiempo parcial por un precio injustamente bajo, para darme cuenta que la empresa no estaba dispuesta ni tan siquiera a pagar mi salario. Esto es preocupante, desde luego, en lo que respecta a mi propia supervivencia (y la del resto de trabajadores), pero lo es aún más en relación al servicio que esta empresa presta a personas que pagan un elevado precio por servicios de dudosa calidad.

Así que, no sin dolor y enfado, decido cerrar la etapa en que me consideré una trabajadora social, al menos tal como lo he venido haciendo hasta ahora. Afortunadamente llevo años buscando nuevas formas y nuevos lugares donde aplicar lo que sé y es en eso en lo que quiero centrarme ahora.

Ha sido una de las decisiones más duras de mi vida, pero mi trabajo terminó conviertiéndose en una incómoda y peligrosa zona de confort de la que necesito salir para evolucionar y mejorar en todos los sentidos.

Quien sabe, si la vida me trata bien tal vez pueda cumplir mi sueño de crear mi propio proyecto social, sola o en colectivo, en el que las personas y su crecimiento sean el centro y el único objetivo. Un proyecto que será viable por su capacidad productiva y no por convenios con la Administración.

Sigo pensando que, en el fondo, no estoy haciendo un cambio tan drástico, sino que sólo continúo un camino que empezó hace años y que hoy me pide nuevos retos. Vamos a por ellos.

Aunque supongo que la mayoría lo conocéis os dejo un interesantísimo vídeo sobre lo que significa salir de la zona de confort.

11 comentarios (+¿añadir los tuyos?)

  1. Jose Ramón (@joserra_diaz)
    Sep 04, 2013 @ 12:44:41

    No sé si desearte buena suerte, sospecho que la vas a crear alrededor 🙂 Así que feliz camino, y si necesitas un brazo o dos para algo, ya sabes dónde estoy!
    Es una visión un poco desoladora de las organizaciones sociales actuales 😦 y da la impresión que las AAPP fagocitan cualquier cosa que tocan. Necesitamos más gente como tú, crítica con el sistema, y sobre todo, dispuesta a movilizarse, gracias!!

    Un saludo

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    • maicatrinidad
      Sep 04, 2013 @ 13:01:58

      Muchas gracias por tus ánimos! Estoy muy ilusionada con todo lo que queda por delante y de seguir rodeándome de gente tan enriquecedora como tú. Así que ve preparándote porque a partir de ahora os voy a dar mucha más lata 😛
      Por cierto, nos vemos en la CAS2013!! No sabes la ilusión que me ha hecho que hayáis seleccionado nuestra charla «Una antropóloga en Marte» 😀

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  2. Jose Manuel Beas (@jmbeas)
    Sep 04, 2013 @ 14:39:48

    Mucha suerte con tu nueva etapa. Me esperaba un artículo aún más largo. Esperando la segunda parte. 🙂

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  3. Marisa
    Sep 04, 2013 @ 22:16:46

    Te entiendo perfectamente. Algo parecido me está pasando a mí. Mucha suerte porque coraje y tesón no te faltan. Besos.

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  4. Isidro López (@islomar)
    Sep 04, 2013 @ 22:39:30

    Ídem a lo que comenta @jmbeas: de largo nada, a mí el post se me ha hecho cortísimo.

    Qué pena, de verdad. Qué pena que la intervención social esté en este país como está, hecha un erial. Porque no eres la primera ni la segunda persona que me cuenta exactamente la misma experiencia e impresiones: se tiende cada vez más a la caridad, a la asistencia superficial cortoplacista, y no a una intervención profunda transformadora en lugar de simplemente maquilladora. Ya conozco a varias personas que, siendo ésta su pasión vital, lo han dejado aburridas y totalmente desencantadas.

    Qué pena, qué rabia, qué mala hostia me entra.

    Yo sí te voy a desear suerte, porque como cuenta la moraleja en «Match Point», ésta nunca está de más 🙂 Pero está claro que alguien con la pasión que tú transmites, va a necesitar muy muy poquita para que las cosas le salgan genial.

    Un abrazo muy fuerte, ¡¡¡y a por ello!!!

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    • maicatrinidad
      Sep 13, 2013 @ 16:01:26

      Tus comentarios siempre me ayudan a cargar pilas y continuar con más ideas. Muchas gracias amigo antropólogo 😉

      Me quedo con la ración de suerte que me deseas, que nunca está de más y siempre termina resultando un bien escaso.

      Otro abrazo grande para ti, os iré contando.

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  5. Carlos Ble (@carlosble)
    Sep 12, 2013 @ 13:10:33

    Maica si te puedo ayudar en algo, cuenta conmigo. Ahora mismo estoy poniendo todos mis esfuerzos en el extranjero. Si el ingles no te supone problema, podemos hacer cosas juntos 🙂 Un abrazo.

    Ya en persona hablaremos. Tu background te va a aportar siempre, toda la vida 😉

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    • maicatrinidad
      Sep 13, 2013 @ 15:58:51

      Muchas gracias Carlos!

      Estoy estudiando inglés a tope, aunque aún me queda bastante para poder sentirme cómoda trabajando en ese idioma. Sin embargo cuenta conmigo en cualquier proyecto en que creas que mi visión te puede aportar perspectiva, estaré encantada de echarte una mano en todo lo que pueda.

      Quien sabe, tal vez dentro de poco pueda dar ese salto idiomático fuera de mi zona de confort 😉

      Espero con ganas la posibilidad de vernos y charlar tranquilamente. Siempre es tan interesante y estimulante. 😀

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  6. Joaquin Iborra
    Sep 14, 2013 @ 13:45:09

    ¿Reinventar o reinventarse? Pues así a vote pronto, reinventarse parece más sencillo y en este caso, lo es. El llamado «tercer sector» está de capa caida desde hace años y un nuevo modelo pasa por reinterpretar cuales son las verdaderas necesidades que se deben cubrir por parte de las ONGs y cuales son las que deben ser cubiertas por las administraciones públicas y por las empresas privadas. ¿Este nuevo modelo pasa por convertirnos en diferentes lobbys con suficiente poder para obligar a las administraciones/empresas/partidos políticos a cumplir con sus obligaciones? Solo es una idea. Por lo demás, tu capacidad de trabajo es tremenda y tu sentido común, legendario, así que a reinventarse solo lo justo y necesario.

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